El estilo contemporáneo, como su propio nombre indica, es un estilo actual, de esta época (podríamos denominarlo como el estilo del siglo XX). Es una evolución del estilo tradicional sin llegar a los extremos del vanguardismo. Es común confundirlo con el estilo minimalista, pero aunque comparte sus líneas puras y rectas, sus espacios amplios, limpios, diáfanos y ordenados, su tendencia a evitar la separación de espacios o su ausencia de molduras, tiene sin embargo un punto acogedor que lo aleja de la frialdad del estilo hightech o del «menos es más» del minimalismo.
Los colores que predominan en el estilo contemporáneo son los negros, blancos, la gama de grises, y los marrones, tanto claros como oscuros, creando contraste entre ellos, aunque a veces se le añade un tono de color más vivo (normalmente monocromo) para romper la homogeneidad.
Las formas estructurales (techos, suelos, ventanales, vigas o columnas) suelen ser cuadradas o de líneas muy rectas, con ausencia de ornamentación. Son interiores de techos altos, muchos de doble altura, que permiten decorar las estancias con grandes lámparas o elementos decorativos suspendidos, lo que enfatiza más la sensación de amplitud en el espacio.
Este estilo suele recurrir a grandes paños de pared totalmente libres en los que situar pocos elementos (un gran cuadro, una escultura…), muchas veces contrastando los colores, convirtiéndolos de este modo en el centro de atención de la estancia.
El estilo contemporáneo se caracteriza también por su gran luminosidad, sobre todo natural, ya que dispone de grandes ventanales o muros cortina que permite la entrada abundante de luz. La iluminación interior también está muy bien diseñada y planificada, acompañando a los espacios para dar sensación de amplitud y continuidad o para enfatizar el protagonismo de alguno de los pocos elementos decorativos predominantes en este estilo.
En ocasiones, suele reservarse una zona considerable para destacar espacios fuera de lo habitual en una vivienda convencional. Por ejemplo, un pequeño jardín interior, una ducha de cristal en el centro del baño, una bañera exenta en el medio del salón o una potente chimenea original.
El mobiliario suelen ser de líneas rectas, limpias, continuas y muy contemporáneas, acompañado de una decoración generalmente de formas abstractas. Como comentamos al principio, es un estilo que puede resultar acogedor y cálido por su combinación de tonos y materiales: arenas, madera, acero, vidrios, piedra, microcemento, etc.
Por supuesto, hoy en día en que predomina la fusión, resulta un estilo perfecto para combinarlo con alguna pieza de mobiliario clásico o con un interior señorial lleno de molduras, zócalos o ribetes. En cualquier caso los dejamos algunas fotos de decoración de interiores en estilo contemporáneo que los puedan servir de ejemplo en este post.
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